En el lejano Oeste

lMePxfCD1TN1EQbWxKhUT2D1VBc
Clint Eastwood y Lee Marvin en “La leyenda de la ciudad sin nombre”

No son los westerns –o las películas de vaqueros, como decíamos de niños– un género en el que abunden las películas musicales, pero haberlas haylas, y no pocas. Especialmente en los años en que el cine musical gozó de su máximo esplendor –las décadas de 1950 y 1960– se rodaron un buen número. A ellas –a unas cuantas que hemos seleccionado en función de su importancia y, cómo no, de la disponibilidad de vídeos que puedan ser insertados– dedicamos nuestra entrada de este fin de semana, en un periodo que abarca de mediados de la década de 1930 a finales de la de 1960.

1936_Rose_Marie_(W_S__Van_Dyke)_3Comenzamos con la adaptación cinematográfica de una famosa opereta, Rose-Marie, estrenada en Nueva York en 1924, que se convirtió en el musical más duradero de Broadway de los años 1920 hasta que fue sobrepasada por El príncipe estudiante. El proyecto se encargó al director W.S. Van Dyke y contó con un reparto en el que figuraban Jeanette MacDonald, Nelson Eddy, Reginald Owen, Allan Jones y James Stewart (en la que era su segunda aparición en la gran pantalla). Cuenta la historia de una famosa cantante de ópera cuyo hermano está acusado de participar en un atraco que hará todo lo posible por que el primer ministro –está ambientada en los bosques canadienses– le retire los cargos. Aunque el argumento fue cambiado y se suprimieron la mayoría de las canciones de la versión teatral, fue un gran éxito, sobre todo para la pareja protagonista. El dúo de Jeanette MacDonald y Nelson Eddy en Indian Love Call –una de las canciones que se respetaron del musical de Broadway, original de Rudolf Friml (música) y Oscar Hammerstein II (letra)– es recordado como una de las mejores interpretaciones de ambos a lo largo de sus respectivas carreras. Vamos con él.

Can’t Help Singing (1944) Feliz y enamorada se tituló la versión doblada al español– es otro filme ambientado en el lejano Oeste que se centra en las peripecias de la hija de un senador estadounidense que sigue a su novio en la época de la fiebre del oro de California. Dirigida por Frank Ryan, encabezaron el reparto Deanna Durbin, Robert Paige y Akim Tamiroff. De la misma incluimos la secuencia en que Deanna Durbin interpreta la canción que da título al filme (música de Jerome Kern y letra de E.Y. Harburg).

Judy Garland en "The Harvey Girls"
Judy Garland en «The Harvey Girls»

En 1946 la canción On the Atchison, Topeka and the Santa Fe, de The Harvey Girls (en la versión doblada al español Las chicas de Harvey) –una composición de Harry Warren (música) y Johnny Mercer (letra)– ganó el Oscar a la Mejor canción. Una joven, Susan Bradley (Judy Garland) llega a Nuevo México para casarse con un hombre al que solo conoce por correspondencia. Pero este resulta ser un borracho, por lo que Susan decidirá emprender una nueva vida como camarera en el local de Harvey. Este western musical, flojo aunque divertido, fue dirigido por George Sidney, siendo sus protagonistas, además de Judy Garland, Ray Bolger, John Hodiak y Angela Lansbury. Vemos acto seguido el vídeo de un tráiler de la película en la que tanto al principio como al final escuchamos la oscarizada canción.

Norman Z. McLeod The Paleface (Rostro pálido) se alzó con el mismo galardón en la ceremonia. Sus autores fueron Jay Livingston (música) y Ray Evans (letra). Vemos una secuencia la película en la que la interpretan Roy Rogers, Bob Hope and Jane Russell.

gn8J4QeNVjLn5Mo1QTQQJ3fLQWsDe 1953 es Calamity Jane (Doris Day en el Oeste en la versión doblada al español), uno de los más atractivos trabajos de Doris Day, en el que da vida a una mujer de armas tomar: Juana Calamidad. Aparte de esto, la película tiene poco atractivo más allá de los números musicales.

Dirigida por David Butler acompañaban a Doris Day en el reparto Howard Keel, Allyn Ann McLerie y Philip Carey. Just Blew in from the Windy City, que interpreta obviamente Doris Day, es una de las secuencias musicales más conocidas.

Fotograma (en blanco y negro) de "Siete novias para siete hermanos"
Fotograma (en blanco y negro) de «Siete novias para siete hermanos»

Seguimos con la que, sin duda, es una de las grandes películas musicales de la historia: Siete novias para siete hermanos (1954, Seven Brides for Seven Brothers). Nos cuenta las peripecias de los hermanos Pontipee, siete rudos leñadores, solteros, que viven juntos y solos en la montaña. Un buen día, Adam, el hermano mayor, encuentra novia en el pueblo y se la lleva a vivir a la cabaña. Los demás hermanos deciden, entonces, hacer lo mismo y van a la ciudad en busca de novia, no dudando en secuestrar a siete chicas a las que se llevan a vivir con ellos. El argumento rezuma machismo, pero se atenúa al poco tiempo con la determinación de Milly, la esposa del mayor de los hermanos Pontipee: “Trabajaré a tu lado, Adam, pero no pienso dormir a tu lado”. Dirigida por Stanley Donen, con música de Saul Chaplin y Gene de Paul y letras de Johnny Mercer, figuraron en los papeles principales Howard Keel y Jane Powell, además de Jeff Richards, Tommy Rall, Russ Tamblyn, Marc Platt, Matt Mattox, Jacques d’Amboise, Julie Newmar y Virginia Gibson. De Siete novias para siete hermanos vemos el famoso número House-Raising Dance (música de Gene de Paul).

Molly Brown, siempre a flote (The Unsinkable Molly Brown) fue dirigida en 1964 por Charles Walters y fueron sus principales protagonistas Debbie Reynolds, Harve Presnell y Ed Begley. El argumento es bastante simple: Molly Brown es recogida en un cesto del río y quiere convertirse en una gran dama del Oeste al tiempo que busca un novio rico. Claro que el argumento no es más que el pretexto para que Debbie Reynolds se luzca con unas cuantas canciones, como la que sigue: Belly up to Bar, Boys.

Clint Eastwood, Lee Marvin y Jean Seberg en “La leyenda de la ciudad sin nombre”
Clint Eastwood, Lee Marvin y Jean Seberg en “La leyenda de la ciudad sin nombre”

Finalizamos con una de esas películas que nunca se olvidan: La leyenda de la ciudad sin nombre (Paint Your Wagon), la historia de un pueblo construido por mineros, sedientos de chicas, alcohol y oro. Este filme estadounidense de 1969 fue dirigido por Joshua Logan con un reparto encabezado por Lee Marvin, Clint Eastwood y Jean Seberg. El guion está adaptado por Paddy Chayefsky a partir del musical de 1951 Paint your wagon, de los autores Alan Jay Lerner y Frederick Loewe. La leyenda de la ciudad sin nombre es, además de un maravilloso musical, un canto a la amistad, a la vida y a la libertad. «Hay dos tipos de personas. Los que son de algún sitio y los que son de ninguna parte. Yo soy un ex-ciudadano de ninguna parte y siento añoranza de mi hogar», afirma Ben Rumson (Lee Marvin), un minero ácrata y desmadrado, bebedor y buena persona, y, sobre todo, libre, que forma una peculiar sociedad con Clint Eastwood (que se marca algunas canciones románticas) y con el que comparte a su chica, la guapísima Jean Seberg.

De La leyenda de la ciudad sin nombre, naturalmente, incluimos la bella y conocidísima canción (música de Frederick Loewe y letra de Alan Jay Lerner) Wand’rin’ Star, que interpreta Lee Marvin.

Que pasen un buen día.


Deja un comentario