La viuda alegre

CAP-A

La viuda alegre (Die lustige witwe) es una de las operetas más conocidas y representadas. También una de las mejores que se han compuesto, con melodías de fácil audición, llena de hallazgos musicales y momentos inspirados, perfecta para iniciarse en el fascinante mundo de la opereta (algo así como La Traviata respecto a la ópera).

Su autor, Franz Lehár (1870-1848), húngaro de nacimiento, alcanzó fama universal como compositor de operetas y es, sin duda, el máximo representante del estilo vienés de este género. Suyas son obras como Der Graf von Luxemburg (El conde de Luxemburgo), FrasquitaDer ZarewitschDas Land des Lächelns (El país de las sonrisas) o Giuditta.

Primera página de la partitura original de “La viuda alegre”
Primera página de la partitura original de “La viuda alegre”

La viuda alegre (Die lustige witwe) consta de tres actos y el libreto es de Victor Léon y Leo Stein, quienes se basaron para la trama en la comedia L’attaché d’ambassade (1861), de Henri Meilhac. Se estrenó en el Theater an der Wien, en Viena, el 30 de diciembre de 1905 y desde entonces no ha dejado de representarse, traduciéndose inmediatamente a varios idiomas y pasando a ser conocida como La Veuve JoyeuseThe Merry Widow o La viuda alegre, cambiando también el nombre de sus personajes principales ─Hanna y Danilo─ por otros propios del país donde se estrenaba. Así, por ejemplo, cuando lo hizo en Nueva York, solo dos años después de su estreno en Viena, en el suntuoso New Amsterdam Theatre, Hanna era Sonia.

Lehár, posteriormente, hizo cambios para las producciones de Londres en 1907 (dos nuevos números) y Berlín en los años veinte, pero la versión definitiva es básicamente la de la versión original.

Su argumento relata la historia de la salvación del imaginario país centroeuropeo de Pontevedro mediante el casamiento inducido de una millonaria viuda. La acción transcurre en París, en plena Belle Époque. En el primer acto, en una fiesta en la embajada de Pontevedro en París, mientras la esposa del barón Zeta, Valencienne, coquetea con el joven Camille de Rosillon, aquel solo presta atención a Hanna Glawari, viuda que acaba de heredar una fortuna millonaria. Las finanzas de Pontevedro no pasan por su mejor momento y si Hanna se casa con un extranjero la fortuna saldrá con ella del país. En eso llega Danilo. Ya se conocían, estuvieron enamorados hacía tiempo. Zeta ve en Danilo la solución, pero este no está por la labor. Llega un baile en el que las damas eligen pareja. Todos esperan que Danilo y Hanna terminen juntos, pero no es así.

Carátula de la edición en DVD de la producción de Mörbisch de “La viuda alegre”
Carátula de la edición en DVD de la producción de Mörbisch de “La viuda alegre”

Vamos con dos de los números más conocidos del acto primero: la entrada de Hanna (“Bitte, meine Herrn”, “Por favor señores míos”) y el baile con que este se cierra (“Ballsirenen Walzer”, “Sirenas del baile”). Ambos corresponden a la producción del Festival de Mörbisch de 2005, con motivo de cumplirse el centenario del estreno de la obra. De hecho todos los vídeos que incluimos, excepto uno, pertenecen a ella, pues a nuestro juicio es la mejor versión –o, al menos, la más espectacular– de cuantas se han llevado a cabo hasta la fecha. Dirigida por Rudolf Bibl, puesta en escena de Helmuth Lohner y coreografía de Giorgio Madia, contó con un reparto encabezado por Margarita de Arellano (Hanna Glawari), Mathias Hausmann (Danilo), Elisabeth Starzinger (Valencienne) y Harald Serafin (barón Zeta), acompañados por la orquesta, coros y ballet del festival.

En el segundo acto se suceden los enredos amorosos. El barón sigue a la suya; su esposa también, aunque rompe con Camille y le anima a que se case con Hanna. Esta, sin embargo, para dar celos a Danilo, anuncia que se va a casar con Camille. Danilo hace como que no le importa, pero es evidente que está loco por ella. Disgustado, enfadado, marcha a Maxim’s para olvidar sus penas.

Del segundo acto incluimos también dos números: la Introducción, Danza y Canción de Vilja («Les ruego que se queden hoy») y el sensacional “Ja, das Studium der Weiber ist schwer” (“Sí, comprender a las mujeres es fastidioso”).

Instantánea del final de “La viuda alegre” en la producción de Mörbisch
Instantánea del final de “La viuda alegre” en la producción de Mörbisch

El último acto trascurre en casa de Hanna, que ha convertido el salón en una réplica de Maxim’s, bailarinas incluidas, entre ellas Valencienne, que le pedirá a la “alegre viuda” que deja a Camille. Esta le hace caso. Danilo, por fin, confiesa a Hanna su amor.  El barón anuncia que va a divorciarse de su esposa, pues ha descubierto, o eso cree, su infidelidad, y quiere que Hanna se case para salvar Pontevedro. Esta manifiesta que si se casa perderá la fortuna. La estupefacción es general. Enseguida explica que es porque pasará a manos de su marido y que este va a ser Danilo. La alegría invade a los presentes, el barón acaba creyendo que su esposa no le ha sido infiel y todo termina felizmente.

Vayamos con el principio de este último acto, con el baile con que se inicia en casa de Hanna.

Una de las melodías más famosas de La viuda alegre es el vals “Lippen schweigen” (“Labios silenciosos”). Este es el número que comentábamos que no pertenece a la producción de Mörbisch (no está disponible). Lo vemos, pues, en interpretación de Anna Netrebko and Piotr Beczala durante un concierto que tuvo lugar en Dresde en 2016.

A “Lippen schweigen” sigue “Ja, wir sind es, die Grisetten” (“»¡Sí, ya estamos aquí, las grisettes!). Las grisettes eran jóvenes de extracción humilde que iban a la caza de alguien bien posicionado económicamente que las sacara del lúgubre ambiente en que vivían. Y con ellas llega el gran final, cancán incluido, en el que se repite “Ja, das Studium der Weiber ist schwer”.

Deseando que hayan pasado un buen rato con esta espectacular producción de La viuda alegre les emplazamos a que mañana nos visiten de nuevo y les agradecemos que lo hayan hecho hoy.


7 respuestas a “La viuda alegre

    1. Toda obra pasa a ser de dominio público transcurridos 70 años de la muerte de su autor. En el caso de Lehár, los 70 años de su muerte se cumplen el 24 de octubre de este año. Ahora bien, esto es en España. Hay países que amplían este plazo a 80, 90 o 100 años, según la legislación de cada uno de ellos.
      Como quiera que soy un mero aficionado y no un experto, he buscado acerca de esta opereta en varias páginas de internet específicas sobre la cuestión y no he encontrado ninguna respuesta clara. Lamento, pues, no poder ser más explícito.
      Afectuosos saludos y ojalá hayan caducado ya los derechos de autor.

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