Charlestón: el baile de los felices años 20

Competición de charlestón en Saint Louis (1925)
Competición de charlestón en Saint Louis (1925)

Tras la Primera Guerra Mundial, un conflicto que nadie esperaba que llegara a estallar ni mucho menos que se prolongase tanto tiempo, una especie de huida hacia adelante se adueñó de gran parte de la sociedad, especialmente entre aquellos que, por edad, no habían participado en la guerra ni se consideraban responsables del desastre. Una nueva época nacía, un mundo nuevo que nada tenía que ver con el anterior. Al menos eso pensaban, sobre todo los estadounidenses, cuyo país conocía –a causa precisamente de la guerra– una época de prosperidad económica que llegó a ser conocida como los “felices años veinte”.

Una mujer estadounidense enseña a bailar el charlestón a unos jóvenes británicos (1925)
Una mujer estadounidense enseña a bailar el charlestón a unos jóvenes británicos (1925)

Estados Unidos había mostrado su supremacía política y tecnológica al entrar finalmente en el conflicto. Ahora comenzaba a manifestar su supremacía cultural, fundamentalmente en el ámbito de la cultura popular. El jazz pasaba a ser un símbolo de modernidad y los ritmos sincopados del hot y del swing causaban furor. El cine –la otra gran innovación que se desarrollaba con fuerza en USA– los difundió rápidamente entre los europeos, que los abrazaron con tanto o más entusiasmo que los norteamericanos.

En este contexto, el charlestón es uno de los bailes más representativos de esta época. De hecho, fuera de los años veinte su presencia en los cabarets, salas de baile, o en el cine mismo, es escasa. Extravagante como pocos, esta variedad del foxtrot representa mejor que ninguna otra el sentir de aquellos tiempos, un sentir que tan bien plasmó F. Scott Fitzgerald en su novela El gran Gatsby (1925), llevada al cine varias veces, entre ellas por Jack Clayton en 1974. A esta versión corresponde el primer vídeo que insertamos en la entrada de hoy.

El charlestón –baile de compás cuaternario y ritmo sincopado en el que se alternan brazos y piernas principalmente, con una gran movilidad en los pies– toma el nombre de la ciudad homónima (Charleston, Carolina del Sur, Estados Unidos) y era, en su origen, un baile de los negros. La cada vez mayor afición por el jazz conllevó un interés por otras manifestaciones artísticas de la cultura afroamericana directamente relacionadas con él. Al parecer, entre la comunidad afroamericana se bailaba desde principios del siglo XX, pero no fue, como decíamos, hasta el inicio de la década de 1920 que se popularizó fuera de ella. Y con inusitada rapidez llegó a Europa, siendo presentado “oficialmente” en París en 1925 en la Révue nègre de Joséphine Baker, a quien vemos bailando un charlestón en un momento de dicho espectáculo musical en un cortometraje del mismo 1925. Lógicamente, la música es añadida, aunque también pertenece al mismo año (se trata del tema Sweet Man, que interpretan Isham Jones & His Orchestra).

Ilustración de la revista francesa “Fantasio” de 1926.
Ilustración de la revista francesa “Fantasio” de 1926.

El primero es un corto (producción de British Pathé) de mediados de la década que muestra los diversos pasos a seguir para bailar el charlestón.

El segundo es también un cortometraje (este, estadounidense) del mismo momento. En ambos, la música es también añadida: “The Charleston”, popular tema que compuso James P. Johnson en 1923, y “Charleston”, un tema que grabó Spike Jones en 1950.

Incluso en países como España –tan alejado de las nuevas corrientes– se impuso el nuevo y “loco” baile. Madre, cómprame un negro es un charlestón compuesto en el año 1928 por Ángel Ortiz de Villajos con letra de Alfonso Jofre y Mariano Bolaños, para Reyes Castizo La Yankee. Lo vemos por Carmen Sevilla en una secuencia de la película dirigida por Rafael Gil en el año 1970 titulada El relicario.

Finalizamos la entrada con un par de vídeos de sendas películas estrenadas bastante después de la época de éxito del charlestón, circunscrita prácticamente a la década de 1920-1930. Y es que, efectivamente, su moda fue efímera pero consiguió tal impacto que, incluso hoy día, todo el mundo, o casi, sabe qué es el charlestón. El primero pertenece a la película ¡Qué bello es vivir! (It’s a Wonderful Life), que dirigió Frank Capra en 1946 y protagonizaron James Stewart and Donna Reed, quienes bailan este charlestón (el tema de 1923 antes referido). El segundo, más reciente, corresponde al filme de 2002 Chicago, al final del cual Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones se marcan este singular charlestón.

Con mucha diferencia Charlestón: el baile de los felices años 20 es la entrada más visitada hasta hoy en Música de Comedia y Cabaret. Por ello, un buen día nos dijimos “¡Viva el charlestón!” y publicamos otra dedicada a este baile tan singular y tan representativo de los llamados ‘felices años 20’. Entendemos que  ello obedece a que la primera debe haber sido alojada en alguna página que los amantes del charlestón suelen visitar. Por ello, si ha llegado hasta aquí a través de ella, puede visitar también la entrada ¡Viva el charlestón!


40 respuestas a “Charlestón: el baile de los felices años 20

  1. Alguien sabe, por favor, como es el titulo de una canción de charleston que decía: » hei papa, que te pasa con mama… que te pasas todo el diá, charles viene charles va…»???»…gracias

    1. Se titula “¿Qué te pasa con mamá?”, y es un charlestón español con letra de Bolaños Landeyra, y música de Villajos y Pagán. Lo popularizó Marujita Díaz en la película de 1959 “Y después del cuplé”.

  2. Un artículo trabajado y maravilloso sobre el Charlestón. Uno de mis bailes favoritos, y época que, llena de incertidumbre económica, también tenía su lado de «savoir vivre». Gracias por el post. Abrazo

    1. Es por el momento, y con bastante diferencia, la más visitada de las entradas que he publicado. Y, como indico en otra que hice a partir de ello (“¡Viva el charlestón!”), un buen día, una amiga me sugirió escribir una entrada sobre este baile que causó furor en la década de 1920-1930. No había publicado ninguna dedicada al charlestón hasta entonces. Y mira por dónde…

      1. Yo soy una fan de todo lo «vintage» desde el 2004 que empecé a escribir sobre esta época y antes de ella en livejournal. Y soy fan todavía de aquelos años locos. Y además ahora todo lo vintage está de moda, así que las visitas se van multiplicando 🙂 Pero es que además está muy bien escrito y con mucha información a modo de videos. Un 10. Fuerte abrazo de una amante de aquellos años 🙂

    1. La recuperación es lenta pero todo va bien. Limito el tiempo que estoy frente al ordenador, pues me canso. Pero nada, un poco de tiempo y paciencia y todo solucionado. Fortísimo abrazo y gracias por interesarte.

  3. gracias Manuel por el apoyo por estar ahí del otro lado y hacer que recuerde la música que me agrada y por la boragine había archivado y ahora me acompañan en mis vuelos por el mundo del alfabeto… un abrazo virtual Manuel

      1. Por supuesto Manuel y estoy agradecido por esto y voy a abusar de ti con un pedido, no tengo en estos momentos a las personas que normalmente leen lo que escribo y me dan su opinión, en los últimos textos que he puesto en la pagina intente de incorporar otra forma de escribir y me gustaría saber tu opinión, estoy empezando otra tanda en la cual creo ahondo mas en este estilo

      2. No soy más que un aficionado a la literatura (mi verdadera profesión es la de historiador), pero cuenta con ello. Lo miraré detenidamente y te daré mi opinión, que, insisto, no es más que la de un simple aficionado. Te contesto en unos días, pues entre médicos y un artículo que he de entregar me falta tiempo. Un abrazo y gracias por tu confianza.

      3. gracias es solo que quiero es una opinión yo tampoco soy escritor y tal es mi seudónimo escribo garabatos, algún día si lo deceas te cuento, y creeme tengo material para escribir… un abrazo y no hay ningún apuro

  4. Thank you for bringing back old memories to me, the only dance that my Mom ever learned was the Charleston. I am going to reblog this article for you just in case it may bring a smile to some other peoples eyes.

  5. Querido Manuel: aquí estoy revisando tus «post» antiguos tanto por el placer de leerlos como de aprender, porque todos ellos aportan multitud de detalles interesantes. ¡Había olvidado lo divertida que era Joséphine Baker! Gracias por tus estupendos artículos.

  6. Muy buena entrada. Magnífico recorrido audiovisual! ¡Mil gracias por seguir mi blog «manologo»! Ahora yo también puedo leerte y seguirte,,, ¡Feliz Navidad! ¡Un abrazo! Manolo (tu tocayo, desde Lima-Perú). 🙂 🙂

    1. Buen tío tienes que ser llamándote Manolo, y no lo digo por mí (que también) sino porque de todos los Manolos (o Manueles, o Nelo, como mi hijo) no conozco a nadie que sea mala persona (y malas personas sí conozco un montón).
      Gracias a ti y enhorabuena por el blog. Abrazo «manolero» (abrazo, pues, sincero) desde Valencia (España).

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