Canciones de cabaret del Berlín de Weimar

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“Berlín se transformó a sí misma en el Babel del mundo. Bares, parques de atracciones y tabernas florecieron como champiñones. Fue un verdadero gran sabbath, que convirtió en perversión su vehemencia y amor por el sistema. Entre el colapso general de los valores, una clase de demencia prendió precisamente en los círculos de clase media que hasta el momento eran inquebrantables en el orden y la disciplina. En medio de esta ruptura, el cabaret, visto antes como la obsesión de cierto tipo de liberación individual, se convirtió en anzuelo para la audiencia burguesa y bohemia”. Con estas palabras describía el escritor austríaco Stefan Zweig el ambiente de Berlín durante la República de Weimar, que abarcó desde el final de la Primera Guerra Mundial y la firma del tratado de Versalles (1919) a la subida de los nazis al poder (1933).

Hoy les proponemos recrearnos en aquel periodo histórico a través la música, lógicamente. En concreto a partir de algunas de las canciones que más se escuchaban en los cabarets berlineses, elegidas de entre la obra de cinco de los compositores más famosos: Friedrich Hollaender, Mischa Spoliansky, Kurt Weill, Rudolf Nelson y Ralph Benatzky. Todos ellos tienen en común, además de ser grandes autores, el haberse exiliado de Alemania cuando sus conciudadanos decidieron elevar a Hitler y los suyos a lo más alto del poder.

De los tres primeros hemos hablado en otras entradas; de Nelson y Benatzky, no. También parte de sus canciones las hemos comentado ya, pero hoy las incluiremos –prácticamente todas, en la medida de lo posible– en versiones que no hemos visto hasta ahora.

Comenzamos con Friedrich Hollaender, de cuya biografía apenas diremos nada pues ya dedicamos tres entradas a la misma. Recordar solo que fue uno de los compositores de más éxito y que tras marchar de Alemania prosiguió su carrera en Estados Unidos. Una de sus más famosas canciones es Raus mit den männern aus dem Reichstag (¡Fuera los hombres del Parlamento!), una clara denuncia de la agresividad masculina con un mensaje antibelicista. “Los hombres son prescindibles, fuera, del Parlamento, de la existencia … se atreven incluso a jugar con la política … siempre ha sido así a lo largo de la historia … ¡Fuera!”. La interpreta la cantante alemana Julia von Miller en una actuación de este mismo año, 2013.

De 1930 es Sex Appeal, con letra de Marcellus Schiffer, parodia del tópico de la mujer fatal tan difundido por el cine de la época. “Cómo me gustaría tener sex-appeal / tanto de frente como de perfil. / Debe de ser maravilloso sentir / el sex-appeal a lo Greta Garbo”, dice el estribillo de este tema que canta en el vídeo siguiente la también alemana Micaela Leon en una actuación de 2008 en The Metropolitan Room de Nueva York.

Mischa Spoliansky también ha tenido su entrada propia en este blog y en ella contamos su vida e hicimos un repaso a su obra, obra que incluye canciones como la que sigue: Das lila Lied (La canción violeta), que compuso en 1920 bajo el seudónimo de Arno Billing y se considera primer himno homosexual de la historia. Vamos con Das lila Lied (también conocida como The Lavender Song) en un vídeo que no nos cansamos de ver a cargo de The Love Markets, grupo musical de Seattle (Washington) cuyos espectáculos están inspirados en los artistas de cabaret del Berlín de entreguerras anterior a la llegada al poder de los nazis.

También el que sigue –que realizamos expresamente para Música de Comedia y Cabaret–figura ya en este blog, pero es que resulta muy difícil mejorar la versión que Ute Lemper hizo de Alles Schwindel (Todo es un engaño), canción de la revista del mimo título de 1931 (con música de Spoliansky). Todo es un engaño, todo es una farsa, espectáculo, representación, la política, las costumbres sociales, las relaciones… Ya sabemos: la vida es un cabaret.

La entrada sobre Kurt Weill fue una de esas que uno hace con gran ilusión, pues le encanta la música de Weill, aunque luego no haya recibido demasiadas visitas. Y al hablar de este genial compositor es preciso referirse a su primera gran obra: La ópera de cuatro cuartos (1928), con libreto y letras de Bertolt Brecht. Fue un gran éxito y ubicó a Weill como uno de los compositores más exitosos de la Alemania de Weimar. La poderosa música de Weill combinada con el cinismo y la crítica social del libreto de Brecht produjeron una de las creaciones culturales más importantes de la Europa de entreguerras. Su tema más conocido es, sin duda, Die moritat von Mackie Messer (Mack the Knife en la versión en inglés), que escuchamos de nuevo por Ute Lemper en una secuencia de la película de 1999 Kurt Gerron’s Karussell (El carrusel de Kurt Gerron), dirigida por Ilona Ziok, sobre la vida de este comediante judío que no marchó y murió en las cámaras de gas del campo de exterminio de Auschwitz en 1944.

Ya en París, tras haberse visto obligado a marchar de Alemania al enterarse que la Gestapo le buscaba, en 1934, Weill escribió la música para la obra de Jacques Deval Marie galante. La contribución de Weill resultó decisiva para su éxito, rodándose ese mismo año ya una primera versión cinematográfica en Estados Unidos dirigida por Henry King. Marie galante incluye temas tan hermosos como el tango habanera Youkali, que interpreta Teresa Stratas en una secuencia del filme The Music of Kurt Weill: September Songs, película canadiense para televisión de 1994 que dirigió Larry Weinstein.

Rudolf Nelson fue un compositor alemán de exitosas canciones, música de películas, revistas y vodevil, y el fundador y director de la Revue Nelson, una importante compañía de cabaret protagonista de la vida nocturna de Berlín en los 30. Como sus colegas, se exilió en 1933. De Rudolf Nelson insertamos acto seguido dos vídeos. El primero, un cortometraje alemán de 10 minutos, con los Weintraub Syncopators, prácticamente completo: Und Nelson spielt (1929), que incluye los temas: “Englisches Chanson”, Meine Schwester und inch”, “Leutnant warst du einst bein den Husaren” y “Mon coeur incognito”, entre otras. El segundo, una de sus melodías más famosas: Tamerlan, que interpreta Loni Heuser en el filme Liebe in Uniform (1932).

Finalizamos la entrada con Ralph Benatzky, compositor austriaco de origen checo. El único de los cinco que no era judío, aunque se casó dos veces con mujeres judías. Benatzky compuso, sobre todo, óperas y operetas, como Casanova (1928), Die drei Musketiere (Los tres mosqueteros, 1929), Im weißen Rössl (La posada del Caballito Blanco, 1930) y Meine Schwester und ich (1930). Cuando los nazis subieron al poder marchó a Suiza, y luego a Estados Unidos, trabajando en Hollywood. No volvió a Europa hasta después de la guerra. Las canciones de las operetas de Benatzky eran muy populares y se interpretaban con gran frecuencia en los cabarets.

De Benatzky incluimos los temas Peter, Peter –una canción de 1930 con texto de Hollaender que hizo célebre Marlene Dietrich– y Yes Sir, de la película finlandesa de 1937 dirigida por Douglas Sirk Zu neuen Ufern (La golondrina cautiva). Es otra vez Micaela Leon –esta vez acompañada por Adrienne Haan– la intérprete del primero. La del segundo, una de las cantantes favoritas de los nazis: la actriz y cantante sueca Zarah Leander (en una secuencia de la película mencionada).

Que pasen un buen día (o lo mejor posible).


10 respuestas a “Canciones de cabaret del Berlín de Weimar

  1. Reblogueó esto en EL BLOG DE MANUEL CERDÀy comentado:

    Tras el fin de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Berlín se convirtió en el centro de la modernidad, el escaparate social y cultural del mundo occidental que todos miraban. Con más de cuatro millones de habitantes, la ciudad exhibía su pujanza y en ella se daba cita la vanguardia artística de uno de los periodos más fructíferos de la historia cultural alemana, el comprendido entre 1919 y 1933, fecha esta última en que los nazis llegaron al poder y empezaron a perseguir a compositores, directores, actores…, de lo que llamaban “arte degenerado”.
    Les proponemos en esta entrada recrearnos en aquel periodo histórico a través la música. En concreto a partir de algunas de las canciones que más se escuchaban en los cabarets berlineses, elegidas de entre la obra de cinco de los compositores más famosos: Friedrich Hollaender, Mischa Spoliansky, Kurt Weill, Rudolf Nelson y Ralph Benatzky. Todos ellos tienen en común, además de ser grandes autores, el haberse exiliado de Alemania cuando sus conciudadanos decidieron elevar a Hitler y los suyos a lo más alto del poder.

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